Sábado.
_¿Me puedes dar una botella que no esté tan fría?
Ella cogió la botella y se agachó para sacar otra de una caja. Y ahí, debajo del mostrador, recibió en plena cara la sensación cruda y dolorosa de su propia insignificancia. Se incorporó, muy deprisa y un poco palida, pues siempre resulta desagradable afrontar el alma de uno bajo el mostrador de un chiringuito playero.
Ella cogió la botella y se agachó para sacar otra de una caja. Y ahí, debajo del mostrador, recibió en plena cara la sensación cruda y dolorosa de su propia insignificancia. Se incorporó, muy deprisa y un poco palida, pues siempre resulta desagradable afrontar el alma de uno bajo el mostrador de un chiringuito playero.
4 comentarios:
qé lindas fotos!
me encantas!
Hola! Gracias por pasarte por mi blog y dejarme ese comentario tan bonito. Tu blog también es genial.
Bss!
The Horrors!
Como te envidio...
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