domingo, 3 de octubre de 2010

La felicidad sólo es real cuando se comparte.




Ella estaba convencida de que veía a Chris cada vez que pasaba delante de un joven herrante y yo temía que se fuera a romper. Sus instintos parecían percibir la amenaza de una perdida tan grande, tan irreparable que la mente se mostraba reacia a aceptarlo. Incluso yo empecé a dudar de que fuera capaz de seguir entendiendo lo que hacia Chris pero intentaba aguantar y recordaba que mis padres ya no eran los mismos, se habían ablandado por la obligada reflexión que produce una pérdida. Aun así, todo lo que estaba diciendo Chris tenía que decirse y confiaba en que todo lo que estaba haciendo tenía que hacerse.
Esa era nuestra vida.

1 comentario:

Ácida dijo...

Me encantas.
Fuck it for Chris!
(aunque probablemente no sea el mismo xD)